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¿Por qué Psicoanálisis?

¿Por qué integrativo?

Quizá deberíamos preguntarnos mejor: ¿Y por qué no?

Contra el psicoanálisis como práctica terapéutica suelen oponerse objeciones como la duración indeterminada y usualmente larga del tratamiento, el costo considerado excesivo del mismo en relación con la duración, y principalmente el que se privilegie la indagación del pasado en lugar de focalizarse en lo presente de los síntomas.

Tal vez usted mismo/a haya interpuesto estas objeciones toda vez que consideró o le sugirieron comenzar un proceso de análisis.

Sin embargo, a favor de un abordaje psicoanalítico y contra estas objeciones, podría decirse en principio que el costo debería evaluarse no sólo como costo monetario, sino también en términos del costo de padecimiento que obstaculiza las oportunidades de disfrutar de una vida plena que todo/as nos merecemos.

En cuanto a la duración, si es indeterminada es porque justamente los psicoanalistas sabemos que cada analizando es único y no puede reducirse su singularidad a un conjunto de casos tipo, y porque el sentido de sus síntomas tienen que ver con una génesis, con un largo proceso que no puede desandarse en un número previsto de sesiones. Por otro lado, indeterminado no significa necesariamente largo. 

Finalmente y para dar por tierra con el consabido prejuicio de que el psicoanálisis es una terapia del pasado, téngase en cuenta que el psicoanalista opera con la hipótesis de lo inconsciente, instancia psíquica que a diferencia de la conciencia, es atemporal. Una "vieja herida" o "una pauta vincular disfuncional" se manifiesta con una actualidad que tiene un doble sentido: es actual por cuanto el recuerdo necesariamente se da en un tiempo presente. La forma en que recordamos un evento nunca es la misma y siempre depende de nuestras circunstancias actuales. En otro sentido, la actualidad del recuerdo se refiere a que se pone en acto en la transferencia con el analista.

El abordaje psicoanalítico tiende a buscar, desentrañar y desactivar la raiz del problema.

 

La perspectiva integrativa se fundamenta en un andamiaje teórico sólido pero sin dogmatismos, abierto a los nuevos paradigmas, descubrimientos, y prácticas psicoterapéuticas de probada efectividad, como la DBT o la ACT, o la Psicoterapia Analítica Funcional. Habilita la construcción de las herramientas para poder analizar y comprender con mayor claridad las situaciones de la vida cotidiana, resolviendo momentos del día a día con eficacia, mejorando los vínculos con el entorno y los otros, planificando objetivos y metas en el corto y el mediano plazo.

Desde una escucha activa, abierta y dinámica, refiere nuestra práctica a una cultura, un contexto social, histórico político y económico determinado, nos mantiene advertidos de que somos sujetos no sólo de lo inconsiente sino además de las instituciones entendidas como esas formas o estructuras sociales adoptadas como normas o costumbres que nos preexisten y en cierto sentido se nos imponen.

Son las instituciones las que de alguna forma determinan lo que puede ser un síntoma en una sociedad determinada en un momento determinado, y que puede no serlo en otra .

Cuando un/a paciente en la sesión nos habla de su pareja u otros vínculos significativos, nos habla además de cómo participan en la construcción de su realidad instituciones como la familia, la parentalidad, la femenidad, la masculinidad. Cuestiones que más acá de sus determinaciones inconscientes, significan su posición en una trama vincular que aloja sus síntomas y que nos remiten a su proceso de socialización, a sus grupos de pertenencia y de referencia., a una forma de concebir y de construir la realidad.

¿Por qué integrativo?

Lic. Israel Silveira. Creado con Wix.com

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